He estado recientemente con algunos amigos hondureños, específicamente, con tegucigalpenses. Según me han contado, tienen en su ciudad a un alcalde fuera de serie. Por lo que sé es un tipo muy trabajador, dedicado a la construcción, por lo que ha llevado su experiencia a la alcaldía. Tiene varios apodos: «Papi a la orden», «Tito», y alguno que otro más…
Parece que le han inventado un dicho que es «más palabras y menos obra». Que ha sido capaz de dirigir la ciudad de Tegucigalpa, haciendo verdadera obra, además, con un bajo perfil en las inauguraciones. Por lo que he oído y leído, tiene una aprobación en su función arriba del 80% y sus paisanos le quieren, pues ven en él a un tipo que lo está haciendo bien… «hasta demasiado bien»…
Ojalá en todas las ciudades tuviéramos un «Papi a la orden».
Una de las historias que me contaron fue de que había un lugar en los suburbios de la ciudad de Tegucigalpa donde no tenían las calles pavimentadas. Durante varios años habían tratado de conseguir que la alcaldía les hiciera «el favor» de ayudarles con este tema. Imposible. Cuando llegó «Papi a la orden» a la alcaldía decidieron hacer otro intento. El representante del barrio en cuestión le pidió cita. Al llegar a la alcaldía, le dijeron que Tito no le podría recibir, pero que le atendería alguien de su parte. Escuchó el problema y le dijo que pronto se comunicarían con ellos. Obvio es decir que el cuate volvió desanimado -por «n-esíma» vez- a su barrio, pues estaba claro que el alcalde era puro «blof».
Cual sería la sorpresa que a la semana empezó a llegar material y maquinaria al barrio, y en pocos días tenían pavimentada todo lo que habían solicitado…
Y además, no lo «cacarea». Interesante actitud.
Hace pocos días estaba con unas personas que procuran hacer las cosas de negocios bien, en un sector en donde hay otros integrantes donde no hacen las cosas bien. Veíamos necesario seguir haciendo las cosas bien, pero además que debíamos «cacarearlo» para evitar problemas en el futuro para el negocio en cuestión y para todo el sector en cuestión.
Se dice habitualmente «haz el bien y no mires a quien». Y también aquella otra del Maestro «que tu mano izquierda no sepa lo hace la derecha». Siempre hay Alguien que lleva bien las cuentas de lo que hacemos y de cómo lo hacemos. Ese Alguien, además, tiene la capacidad de echarnos una mano para que cuando nos equivocamos y le pedimos «disculpas», Él nos dice: «no hay problema, seguí adelante».
También a veces conviene dar a conocer las cosas buenas, aunque estas no sean noticia. Algunas sí lo son, como muchas de las que hace «Papi a la orden», porque la gente ve las mejoras en los servicios en una ciudad que ha crecido en una orografía complicada, como es el caso de Tegucigalpa.
Nos conviene saber cosas buenas que hacen las personas o las empresas. Hasta por salud mental de no ver sólo cosas malas en las noticias. Para inyectar oxígeno de optimismo, de positividad, de alegría… hasta de sonrisas y risas. Me parece que una de las funciones de las redes sociales es este tipo de noticias (aunque a veces se cuelen malas noticias).
Nos vemos pronto.
PS 1. Uno de mis asesores en este blog acaba de hacer un contrato civil con su futura esposa. El próximo mes harán el contrato que más validez tiene, no aquí, sino delante de Aquel que todo lo sabe y puede. Felicidades a ambos.
PS 2. Muchas gracias a todos mis lectores y gracias por la paciencia de varias semanas sin escribir nada. En medio de este tiempo hemos llegado a las 80,000 entradas a este blog…
PS 3. También un agradecimiento especial por todas las muestras de cariño y felicitación por mi graduación de Master en Gobierno y Cultura de las Organizaciones. Tengo previsto escribir un post sobre este evento… espero que esta semana misma salga publicado.
Todavia quedan hombres con integridad!
En trabajo es lo que significa al hombre, es lo que lo haca ser mejor.
Quice decir, el trabajo dignifica la condición humana.