Las nuevas tecnologías y las virtudes (III)


Enseñar a pensar, a reflexionar profundamente. Buena misión para todos los que nos dedicamos a la educación. Especialmente en nuestra lationamérica que nos cuesta tanto pensar despacio las cosas, y nos lanzamos a la primera idea que se nos viene. Me viene a la memoria una de la viñetas de Mafalda, cuando estaban pensando el nombre que le pondrían a su hermanito; y Manolito, con aquella sencillez le dice lo primero que se le ocurrió: «Manolo».

Ahora tendremos gente más inteligente, pero que no piensa suficientemente las cosas (porque no puede). Hace poco me contaba un profesor acerca de un alumno que le decía: «es que Dios ya no habla ahora; antes le hablaba a la gente». Y el profesor, le respondió: «quitate los audífonos y dejá un rato tu celular, y verás cómo Dios sigue hablándonos a cada uno». Hace falta escuchar, y para eso es necesario el silencio exterior e interior. 

Hay ahora lo que decían los antiguos: Horror Vacui, horror al vacío. Ahora ese vacío se llena con lo que sea. Aprendamos a no llenarlo todo, a dejar un momento para la reflexión, para darle vuelta a las cosas, para meditar sobre un tema al que quizá no le encontramos solución, para hablar un rato con Dios…

Otra de las virtudes que se debe desarrollar con las nuevas tecnologías es la salvaguarda de la intimidad propia y de los demás. Ahora es muy fácil poner  una foto,  una frase, que quizá debería quedar reservada a la intimidad de una pareja, de un papá con su hijo o una mamá con su hija. A veces me ha tocado leer cosas en Facebook -por ejemplo- que dicen más de lo que deberían decir. Son de ese tipo de cosas que dan vergüenza ajena.

Hace más de un año recibí un día de un seminario sobre Facebook (y cómo hacer publicidad allí). El instructor, en un momento, nos preguntó cuántos teníamos Ipad; y empezó luego a preguntar cuántas aplicaciones habíamos bajado. Si mal no recuerdo, nos comentó que los «viejos» los que no somos «nativos tecnológicos» tendemos a tener pocas; y los nativos, tienden a tener muchas. Yo me asusté de mí mismo, porque tenía muchas sin ser nativo. Pero luego me dieron un consejo, que se puede aplicar a muchas cosas: las apps que no has usado en unos seis meses, borralas. (Casi como la ropa, que no hemos usado en mucho tiempo, también a regalarla). Y así, borrar cosas, dejar de usar los aparatos cuando ese momento de descansar. Siendo templados.

Con un ejercicio positivo de nuestra libertad lograremos formarnos en muchas virtudes a través de estos medios (y a través de otros medios). Y principalmente, ayudar a formar muchas virtudes en las personas que dependen de nosotros mismos.

No agoto el tema ni mucho menos. Quizá periódicamente complemente algunas ideas (o repita las mismas)…

Nos vemos pronto.