Impuestos Calóricos




Llevo mucho rato sin poner nada por aquí. No tengo ninguna excusa válida, pero aquí estoy nuevamente.

Desde hace rato estoy pensando en diversos temas de los que no soy conocedor a fondo sino que conozco eso como cualquier otra persona. Pronto espero escribir sobre el tema de los diputados, a lo que vengo dando vueltas desde hace bastante rato, sin encontrar una propuesta positiva.

Ahora me gustaría comentar alguna cosa política también, aunque relacionada con las cuentas económicas de algunos países. Como sabrán algunos, me desenvuelvo entre Guatemala, México y El Salvador. Y da la casualidad que los tres países tienen problemas asociados a la cuestión fiscal.

En México están con un problemón serio. Por lo que me he enterado, el pozo Cantarell, y en general toda la producción petrolera está en caída. Parece que desde 2004 ha caído enormemente la producción de petróleo. Y esta es una de las fuentes más importantes de ingresos para el gobierno, así como también de ingresos de divisas para el país. El gobierno está haciendo una reforma energética, una educativa y una fiscal simultáneamente. Con relación a la energética los que más han reclamado han sido los del partido de izquierda; con relación a la educativa nos ha tocado sufrir por el tráfico por las concentraciones; y con relación a la fiscal, se oyen las voces de los empresarios.

Entre otras cosas pondrán un impuesto a la «comida chatarra». Tengo un buen amigo que trabaja en una empresa conocida mundialmente, que dice que es un impuesto a «los productos alimenticios altamente calóricos»; sea como sea, pondrán impuestos extras a las bebidas gaseosas, a las botanas (o boquitas) clásicas (papitas fritas, por ejemplo), y a un montón de comidas más… Están publicitando la gordura infantil y cómo, poniéndole impuestos a estos alimentos (a los gansitos de Bimbo) dejará de haber niños gordos. Pero en el fondo, da la impresión de que eso no les importa, sino que lo único importante es recaudar. Me decía ayer mi amigo que de la empresa para la que trabaja, tendrán que dejar de producir muchísimos productos (porque no serán rentables) y por lo tanto tendrán que despedir a muchas personas. Ojalá encuentren otra solución para evitar estos despidos. (Decía medio en broma, medio en serio, que deberían cargar de impuestos también a la comida «supercalórica» como los tamales, los tacos, las carnitas, los chicharrones, y la demás comida tan sabrosa que se come en México).

En México pondrán más impuestos pero no tendrán las consecuencias que podrán tener estos impuestos calóricos.

En El Salvador han tenido un problema fiscal desde hace años. Siempre el gasto del gobierno crece (como en casi todo el mundo), y los ingresos no crecen al mismo ritmo. Casi como planteó Malthus hace muchos años (por cierto, sin comprobarlo) del crecimiento de la población con relación al crecimiento de la producción de grano… Y pues el dinero se acaba y no hay forma. Se les ocurrió, hace algunos meses, una brillante idea: cobrar por automóvil que ingresara al país: 10 dólares por mes o 35 por año. Como viajo mucho por tierra, decidí pagar los 35 por un año… dos meses después quitaron el impuesto: había caído tanto el ingreso de automóviles que se recaudaba menos de lo que se gastaba en pagar la recaudación…  En fin, es un tema que no han resuelto.

En Guatemala seguimos mal. El ente recaudador es independiente del gobierno (no sé exactamente qué tan independiente, pero sí lo es). Hace unos días el presidente actual (quien para muchos -entre los que me incluyo- ha sido una decepción, pues teníamos mucha confianza que enderezaría el rumbo) intervino a la SAT, diciendo que no estaba recaudando lo suficiente. 

En fin. A los gobiernos y gobernantes les gusta gastar. A veces lo gastan bien. Muchas otras veces lo gastan mal (quizá más de las debidas). Y luego «atornillan» a los que siempre pagan impuestos. Lo están haciendo en estos tres países…

Quizá el tema es irresoluble a corto plazo. A largo plazo no sé si habrá gente valiente para lanzarse a resolverlo. Y es obvio que no tengo la solución a estos problemas.

Pero definitivamente una economía se detiene o vuelve lenta cuando el gobierno deja de gastar. 

En México hace unos meses estaban muy contentos porque hablaban del MeMo (Mexican Moment) porque la economía iba a toda vela. Hace unas semanas un amigo daba una conferencia y decía que ya no era el Memo sino el  «Finding MeMo«.

Nos veremos pronto (eso espero).