Me imagino que pocos de los que leen estas letras saben lo que es la Alexitimia. Yo oí de esta enfermedad hace un par de semanas, en una clase del curso de Ética, Mercado y Derecho que nos dio el Doctor Alejo Sisón.
La Alexitimia es una enfermedad que impide hablar de los propios sentimientos. «A» es sin, «lexi» hablar y «timia» humor. Esa es, más o menos, la etimología de la palabra… Es una especie de imposibilidad de identificar las emociones, y por lo tanto la incapacidad de expresarlas.
Como es de todos conocido, a los hombres nos cuesta más expresar nuestros sentimientos, y muchas veces también nos cuesta conocernos más a nosotros mismos, y por lo tanto también nos es más difícil expresarlos. Según nos decía el profesor esta enfermedad es más frecuente en hombres que en mujeres.
Como también es conocido de todos, los papás han también de educar y formar a sus hijos e hijas en reconocer sus propias emociones, y también a que las expresen. Una mamá puede ayudar a los hijos a identificar sus emociones para que luego puedan hablar de ellas. El profesor nos ponía un ejemplo de cuando un chiquillo se cae y llora; muchas veces el llanto es manifestación de la falta de identificación de las sensaciones (del golpe)… y entonces, entra la sabiduría materna que le dice: «estás llorando porque te golpeaste la rodilla, y eso te duele, te voy a poner un poquito de alcohol…» ¡Qué fácil y qué difícil para ayudar a un niño a conocerse y a expresar su interioridad!
Hace unos días salía publicado un artículo -que quizá alguno habrá leído- en el que decía que el cerebro de los hombres está «cableado» de manera distinta al de las mujeres. Los «circuitos» neuronales son tan distintos, y por eso tenemos conductas tan distintas. Cuando leí la noticia tuve dos reacciones: la primera fue decir «era obvio», todo el mundo lo sabía desde hace miles de años: los hombres reaccionamos muy distinto a las mujeres… la segunda reacción fue: tenían que haber visto el video de Mark Gungor que genialmente lo explica (no desde la neurociencia, sino desde la experiencia de la vida).
No me he querido meterme al tema médico, porque no tengo ni idea (más que lo que acabo de leer). Y tampoco estoy diagnosticando de Alexitimia al primero que no puede decir lo que siente… especialistas hay para hacerlo (o como diría el Quijote, «Maestros tiene la Iglesia Sancho»).
Sencillamente quería llamar la atención cuando no sabemos expresar nuestros sentimientos. Así como cuando un día una persona amanece desanimada, no quiere decir que tenga depresión; así tampoco una persona tiene Alexitimia cuando no logra expresar adecuadamente sus sentimientos. Pero nos pasa: a algunos más frecuentemente que a otros. Así que hay que aprender a descubrir y manifestar nuestros sentimientos.
Con los sentimientos hay que vivir una virtud interesante que se llama pudor. El pudor lleva a no manifestar en un lugar inapropiado los sentimientos. El pudor lleva también a manifestar los sentimientos dónde y con quién es conveniente. Por ejemplo, es propio de la amistad (y por supuesto del amor) manifestar los más íntimos sentimientos… Aunque realmente podría decirse que la amistad y el amor se «aumentan» con la manifestación de sentimientos (ya no sigo por esta línea, porque daría para otro post larguísimo, o para uno o varios libros….).
Bueno, pues así queda… Nos vemos pronto.
Muy bueno Javier. Me parece muy acertado el comentario de que hay que vivir la virtud del pudor. Yo agregaría también el de la templanza, porque hace falta vivirla sobre todo, para no dar respuestas inadecuadas en momentos inadecuados sobre todo cuando se sube la adrenalina o la bilis.
Gracias por su comentario Evelyn
Alexitímico …. Cada cosa tiene un nombre, o casi …!