Unas semanas atrás leí una breve recensión sobre un cuento recién escrito por una autora española llamada Natalia Sanmartín Fenollera. El nombre me pareció atractivo y lo compré en digital para leerlo. Se titula «Un cuento de Navidad para Le Barroux»
No he leído muchos cuentos en mi vida, ni tampoco soy crítico literario; sin embargo, este cuento me gustó mucho y por eso quiero recomendarlo.
Como tiene que ver con la época que estamos viviendo, se me ocurrió que podría poner unas cuantas palabras sobre este cuento, para que, quienes quieran, puedan leerlo antes de la Navidad.
Transcribo aquí algo de la recensión que leí, adaptándolo un poco. Está tomado de Aceprensa. No pongo ninguna consideración más que la ya expuesta: que me había gustado mucho el cuento.
“Una historia entrañable que no tiene miedo a medirse con el dolor de un niño.”
Un niño de 8 años y sus hermanos, a los que el padre abandonó, pierden ahora a su madre a causa de una enfermedad. El chico pide una señal a Dios: quiere saber si “lo que mamá decía sobre Dios, la cueva y el cielo era verdad”.
Aparentemente, Dios calla. Pero en la tercera Navidad, el niño aprende a leer el lenguaje de Dios.
La autora dice que el cuento nació a petición de los benedictinos de Le Barroux, en Francia, con los que tengo una relación muy especial. Me pidieron el cuento para leer en el refectorio, en la fiesta de Navidad. Michaela Harrison, la ilustradora, vive a los pies de otro monasterio benedictino con el que también mantengo una estrecha amistad, la abadía de Clear Creek, en Oklahoma. Así que tanto el texto como las ilustraciones han ‘salido’ de dos abadías de San Benito, una francesa y otra estadounidense, y en las dos se ha traducido el cuento para poder leerlo en voz alta.
Como dicen: “ya me dejó picada”… ¿Dónde consigo el cuento?