Cuando la sencillez campea en la vida, y ésta es reconocida por misma persona sencilla, resulta una maravilla. ¿Adivinen quién? Pues, efectivamente, don Carlos.
Don Carlos siempre ha dicho que él no es estudiado; muchos de sus empleados tienen título universitario, o incluso maestría. Hace pocos días Don Carlos, junto con un grupo de sus empleados, recibió un curso con un connotado capacitador. Don Carlos comentó con sencillez, que “el tema era bien complicado; porque yo me estaba durmiendo. Ojalá que lo aprovechen ustedes que son estudiados, porque para mí es muy elevado, con terminología que no conozco”.
La sencillez de Don Carlos también se manifiesta en otra de sus sabias frases: “¿qué te deja más, el éxito o el fracaso? El éxito te endiosa; el fracaso te motiva a hacer mejor las cosas la próxima vez”. Sencillez con optimismo. Y la complementa con esta otra: “tenemos que estar felices con todos los logros en el trabajo”.
Es impresionante como me sorprende don Carlos. Algunas de las frases que suelta no son de su creación, sino que la ha oído de alguna otra persona. Pero lo interesante es que siempre las suelta cuando corresponden, y se ve que las tiene bien asimiladas. Por ejemplo, cuando estábamos hablando de las felicitaciones y remuneraciones a los empleados, nos comentó que: “los resultados se pagan y los esfuerzos se agradecen”. Pero tampoco cae en una trampa, porque decía que “quien cumple con su trabajo no merece ser felicitado, porque esa es su obligación; los esfuerzos sí”.
Tampoco piensen que don Carlos es un hombre serio. Su risa y humor es contagioso. Nos contaba que anduvo recorriendo lugares recónditos de su querido país. En esos lugares, que él esperaba que fueran lugares pobres, se encontró con unas construcciones de casas muy grandes, bonitas y bien terminadas. La razón de esto podía tener por lo menos dos o tres explicaciones. Pero en uno de esos lugares encontró la explicación, pues descubrió un monumento al que ha originado todo el crecimiento económico de la zona: un monumento al “coyote”, al tipo que se encarga de llevar a las personas hasta USA para allí hacer el sueño americano, que se traduce luego en millones de remesas familiares. Don Carlos nos contaba con una buena risa la ocurrencia de aquellos pobladores de hacerle un monumento a este personaje.
Aunque no lo dijo don Carlos, escuché también recientemente una frase muy simpática, que creo que conviene compartir con mis benévolos lectores. Se refiere a los presupuestos, y dice más o menos así: “los presupuestos son para acertar más o menos en lugar de fallar totalmente”.
No quise dejar pasar más tiempo para dar a conocer estos doblones de don Carlos.
Nos vemos pronto.