Algunos que han tenido la paciencia de seguirme por los años que lleva este blog se habrán dado cuenta de que he ido estudiando a Carlos Llano a lo largo de los años.
Tanto fue así que me planteé escribir algo más a fondo sobre el concepto que Carlos Llano tenía de las funciones del director en la empresa. Llano, que era filósofo y, además, empresario, le dio muchas vueltas a este tema y fue escribiendo diversos artículos a lo largo de bastantes años, donde iba profundizando en el trabajo del director.
Llano desarrolló sus conceptos como un «deber ser». Se planteó la pregunta, ¿cómo debe funcionar un director? Conste que no entendía que director era sólo el director general, sino prácticamente cualquier persona que tuviera mando en una empresa; o bien, también se podría aplicar a una persona que decide sobre su vida. En fin, la primera pregunta podría haber sido ¿cuál es la función del director?, ¿cómo se define un director? Y concluyó que la acción directiva de una persona de vértice tiene tres momentos, uno intelectivo (que llama Diagnóstico), un momento volitivo (que llama Decisión) y un momento caracteriológico (que llama Mando). Es lo que, junto a mi colega el Dr. Alberto Ibarra, hemos llamado el DiDeMa, y que hemos venido enseñando en las aulas del Ipade en México y en la UBS en Guatemala durante varios años.
Aunque no es tema de mi especialidad, pero me parece que hay pocos autores que hablan de la definición de dirección. De alguna manera no tiene mucho sentido dar una definición, sino más bien hablan de lo que deberían hacer. Ya el famoso Fayol decía que el vértice debería Planear, Organizar, Coordinar y Controlar. Y los autores en general parece que se han dedicado más a hablar cómo ha de hacer el director en lugar de estudiar quién es la figura del director y qué ha de hacer.
Mi buen amigo, profesor y maestro, Arturo Picos, me sugirió introducirme en Henry Mintzberg, un canadiense que en 2019 cumplió 80 años. Mintzberg es un investigador y un prolífico escritor de negocios, con más de 20 libros publicados (espero no equivocarme y quitarle méritos al Dr. Mintzberg). La cosa es que he empezado a meterme con lo que él ha escrito, para ir tratando de contrastarlo con lo que Llano dejó escrito.
Una vez que he leído un primer artículo de Mintzberg, me he dado a la tarea de pensar. Como dice alguno, «el pensamiento lo tengo en los dedos», porque cuando escribo es cuando empiezo a pensar… también tengo otra forma de pensar que es platicar contrastando ideas con otras personas. Pero para hoy, el ejercicio está entonces en poner algunas ideas del canadiense y empezar a contrastar con el mexicano.
Mintzberg se plantea estas preguntas: ¿Qué hacen los directores? ¿Cómo enseñar la gestión directiva sin responder antes a esta pregunta? ¿Cómo diseñar sistemas de planeación o información para los directores? ¿Cómo mejorar la práctica de la dirección? Dice que no ha habido una respuesta seria a esta primera pregunta, ¿qué hacen los directores?
Llano de alguna manera se planteó también estas preguntas. Especialmente de cara a cómo mejorar «académicamente» la función del director cuando fundó el Ipade.
Pienso que Llano dio una buena respuesta, una respuesta seria a esta pregunta que ambos autores se plantearon. Su respuesta -filosófica como era de esperarse- viene siendo que el Director tiene una función de síntesis entre la toma de decisiones y el mando de personas. En otros escritos Llano une estos dos elementos con el tercero -previo metafísicamente hablando, pero no necesariamente temporalmente- que es el diagnóstico, pues es un error decidir sin haber diagnosticado (es claro que muchas veces decidimos sin haber diagnosticado, pero ordinariamente será un error que puede tener consecuencias aviesas).
De todos modos en sus escritos Llano no baja a la realidad del ser, sino que se queda en el deber ser. Y creo que esto es otra diferencia con Mintzberg, quien estudia a directores en vivo (y usa otros estudios) para sacar conclusiones interesantes.
Un ejemplo de esto es: Llano habla de que el diagnóstico es un proceso intelectivo, y que éste requiere información. Pero nunca habla de cómo consiguen los directores esa información. Habla, eso sí, de que la información es incompleta, del discernimiento entre la información útil y la vanal…
Por su parte, Mintzberg explica cómo el director busca y encuentra esa información y cómo la utiliza y el tiempo que dedica a esa búsqueda. Tan simple como que una de las funciones importantes de un director -dice este autor, como un ejemplo- es atender a los clientes más importantes, para así sopesar y sondear cómo va el mercado y las tendencias. Esta practicidad del canadiense compensa mucho la falta de ésta en Llano.
De hecho Minztberg habla de 10 papeles del director, que los divide en tres roles: los interpersonales, los informativos y los de decisión. Estos 10 roles provienen de la autoridad formal y del estatus del director.
No entraré en este post en esos 10 roles, sino que lo haré en otro posterior. Quería en este post empezar a escribir (llevo ya varias semanas sin publicar nada) y que me ayudar a pensar con lo poco que he leído de Mintzberg.
Espero que pronto pueda continuar con estas ideas.
