Hace unos días empecé un post que terminó “degenerándose” en otro totalmente distinto al pensado originalmente. Ahora espero sí lograr mi objetivo, porque, además de ser un tema interesante, me será útil para una clase que tengo que dar en una semana.
Aquella vez había empezado el post comentando que conviene tener claro que tenemos opiniones distintas sobre diversas cosas. En algunas cosas coincidimos en nuestras opiniones, por lo menos en lo sustancial, aunque quizá en matices terminamos teniendo opiniones distintas, que son prácticamente irrelevantes.
Con mi jefe Beto tenemos nuestros desencuentros académicos que terminan siendo siempre formativos, pues ninguno de los dos estamos cerrados a escuchar las opiniones del otro.
Hace unos días platicaba con una persona a quien he empezado a conocer recientemente vía remota. Este neo-amigo me comentaba que una de sus máximas es estar siempre abierto a las opiniones e ideas de los demás. En esa conversación tuvimos algunos pequeños desacuerdos, pero todo salió bien librado.
Es más, cuando en una conversación, uno no está en desacuerdo con algo del interlocutor, las pláticas terminan siendo muy aburridas. Aunque no siempre es así, porque se puede complementar bien las opiniones. Hoy, por ejemplo, le comenté a otra persona que iba a escribir este post y me dio una sugerencia para conocer más las ideas a desarrollar… las personas enriquecen, cuando son buenas personas.
Regresando a las pláticas-discusiones que tengo con mi jefe Beto -que siempre son enriquecedoras (hay que quedar bien con el jefe)- nunca nos hemos puesto de acuerdo en un tema sobre las decisiones que él llama intuitivas. Quizá porque mi concepto de lo que significa la palabra “intuición” me hacía pensar que no podría ser nunca una decisión de tipo intuitivo.
“Lo que sea de cada quien”, han sido pláticas interesantes. Y hace poco me comentó que había escrito una especie de guiones para hacer unos videos comentando algunos libros que recientemente había leído. Es decir, una especie de resumen del libro. Y me pasó uno que más o menos tenía que ver con el tema en cuestión. El libro se llama Blink, es decir, Parpadeo, escrito por Malcolm Gladwell. El subtítulo es muy sugerente, porque dice “el poder de pensar sin pensar”. Por lo que encontré, la versión en español se llama “Inteligencia intuitiva. ¿Por qué sabemos la verdad en dos segundos?”. Gladwell ha escrito varios libros que son “grandes ventas” en USA y el mundo. Tiene fama de ser un genio, un gran prosista -escribe muy bien- y además, habla muy bien. El consejo de mi segundo amigo mencionado arriba era que lo viera en TED y me entretuve en dos de los tres TEDTalks que tiene.
(Mientras escribo esto me estoy riendo yo solo. Mi objetivo era comentar el resumen de mi jefe Beto sobre el libro de Gladwell. Pero yendo a su resumen, leyendo un poco un getabstract sobre el libro, y habiéndolo visto y oído en un TED,…, pues ya bajé la muestra del libro para empezar a leerlo también.)
De cualquier manera, trataré de cumplir mi objetivo, porque si me desvío del mismo, sería la segunda vez que me pierdo en mis reflexiones con relación a la meta que me había propuesto.
Así que empiezo aquí tomando las ideas del resumen de mi jefe Beto. Dice que, siendo breve, 259 páginas, lo puedes leer muy rápido, en un fin de semana. Cosa que sería cierta para un lector habitual, pero quizá tarde un poco más de tiempo para un lector no muy entrenado. También menciona que es muy entretenido y te captura inmediatamente. Versa sobre la toma de decisiones y la intuición.
Al inicio del resumen, mi jefe critica el libro hablando del Sesgo en la selección de la muestra, que podría ser una variante del más conocido sesgo de confirmación. Es decir, los ejemplos que pone Gladwell son historias particulares que soportan su narrativa. Es decir, podrían encontrarse contraejemplos a lo que él está demostrando.
En nuestra vida personal o de negocios, nos habremos topado y nos seguiremos topando, con situaciones en las que hemos de decidir sobre algo que tendrá consecuencias importantes para nuestro futuro; esto no sería tanto problema si no se presentaran dos condiciones más: que tenemos poco tiempo para decidir y además carecemos de información adecuada.
Gladwell dice que hay dos formas de afrontar esto. La primera es la deliberada con la que analizamos lo que tenemos enfrente, buscamos más información, desarrollamos alternativas de solución y elegimos una específica. La segunda es la intuitiva, que es rápida, frugal y se realiza en el subconsciente.
Y de la segunda estrategia es la que trata Blink. Su argumento central estriba en que en el mundo -personal o de negocios- son más valoradas las decisiones “pensadas con tiempo”. Gladwell argumenta que las decisiones intuitivas, a pesar de ser falibles, pueden ser tan buenas como aquellas que se han tomado de forma deliberada. En uno de los TED que vi, introdujo rápidamente su libro diciendo que trataba de “opiniones instantáneas” y de “primeras impresiones”. Me llamó la atención que hablara de opiniones instantáneas, siendo que las opiniones han sido el origen de los últimos posts… “interesante opinión”.
Uno de los primeros conceptos expuestos en el libro es el de rebanadas finas que define como una habilidad de nuestro inconsciente de identificar patrones en ciertas situaciones tomando en cuenta poca información.
Más adelante Gladwell -y mi jefe Beto- habla de la poca explicación intelectual que tiene una decisión intuitiva. No hay un verdadero fundamento del proceso racional explicativo de la elección. Y en la época actual donde tienes que decidir conforme a reglas que puedan ser explicadas a posteriori. Los académicos expertos en decisiones coinciden que para tomar mejores decisiones se debe mejorar el contexto, el ambiente, el entorno. Y no dejan de tener razón.
Me salgo del guion de seguir el esquema de mi jefe. Y -mientras leo el libro- me lanzo con una teoría sobre la falta de explicación racional de una decisión intuitiva. Y mi respuesta es sencilla. Es que queríatomar esa decisión. Es un acto de la voluntad (a veces fuertemente influida por los sentimientos-pasiones-emociones). Regreso al resumen.
El autor defiende las decisiones intuitivas, aunque también analiza los posibles defectos de este tipo de decisiones. Entre otras, que pueden no ser decisiones alineadas con mis valores. El inconsciente se ve afectado por todo lo que nos influye: lecturas, programas de Netflix, conversaciones, etc.
Tiene sentido de hablar de decisiones intuitivas, porque nos ha tocado tomar una decisión sin tiempo ni información adecuada: momentos de gran presión y estrés. Gladwell sostiene que se puede entrenar este tipo de decisiones. Reflexiona acerca de dos cosas. La primera es que las mejores decisiones son aquellas que armonizan el pensamiento intuitivo y el deliberado. La segunda es la capacidad de discriminar el exceso de información y en especial, la eliminación de la información superflua para una decisión específica. Esto último es todo un tema que espero algún día desarrollar…
En el último capítulo habla de la ceguera de mente eso que sucede cuando hay una situación de crisis, que nos hace olvidar lo que sabemos y no darnos cuenta de los detalles.
La conclusión nos anima a tratar de influir conscientemente a nuestro inconsciente, controlando el contexto que lo envuelve. Lo podemos educar con experiencia real, con estudio, con práctica y poniendo las condiciones para evitar el tener que tomar estas decisiones apresuradas.
Pues hasta aquí el comentario de mi jefe sobre Blink. Espero leer el libro el fin de semana… me servirá para mi próxima clase y para ver si hago alguna ampliación aquí…
Controlar conscientemente al inconsciente?? Ahí me perdiste!