Como casi cada año, procuro enviar, anticipadamente, mi felicitación de Navidad
Siempre la he visto como una preparación para la celebración más entrañable del cristianismo.
Desde hace unos años, esta felicitación ha sido electrónica.
Y más recientemente solo enviada por WhatsApp.
Tengo varias listas de difusión según diversas características.
Así que algunos reciben dos felicitaciones.
Para ellos mi disculpa.
La artista
También desde hace varios años le he pedido a mi hermanita (que llega al 5to nivel el próximo año) que me diseñe la tarjeta-felicitación de navidad.
Esto por dos razones.
Porque las que yo hacía, siempre me quedaban feas.
Y la segunda razón porque las que ella me ha preparado siempre quedan bonitas.
Lo único que pongo allí es el texto.
Ese sí es de mi autoría.
Repetición
En ocasiones me repito, porque tampoco hay mucha imaginación y creatividad en esta cabeza.
Este año se me ocurrió poner lo siguiente.
“Deseo que esta Navidad nos ilumine con la luz del Niño que nace en Belén. Y que esa luz nos llene de optimismo y de alegría”
Para mí, esta época de Navidad (pre y post navideña) siempre me llena de alegría.
Quizá empezando por el clima tan agradable de frío y viento.
La disminución del trabajo ordinario.
Las celebraciones previas a la Navidad como cenas, convivios, etc.
Los regalos que se reciben y se entregan.
Las comidas con la familia.
Y obviamente las celebraciones litúrgicas
Todo esto me llena de alegría.
Y junto con la alegría el optimismo.
Alegría y optimismo
La luz que trajo Jesús al mundo es lo que nos llena de optimismo y felicidad.
Iba a escribir positivismo, pero sonaba muy filosófico.
Y tampoco me gusta usar la expresión de “buenas vibras”, porque me resulta poco cristiana.
Quizá solo hay un elemento que me descuadra en la Navidad.
Santa, ¿varón?
Y es el famoso Santa Claus.
Este personaje es un derivado espurio de San Nicolás de Bari.
Algunas canciones navideñas (villancicos) hablan de Santa Claus como si fuera omnisciente.
Un atributo exclusivo de Dios: de conocer todas las cosas reales o posibles.
Mercadológicamente es una figura genial.
Por otro lado, se pierde el sentido profundo de la Navidad:
El cumpleaños de Jesús.
Natividad
Cuando, en la historia, un matrimonio joven, tiene que trasladarse decenas de kilómetros, para el censo.
Y en la ciudad de David -Belén- nace nuestro Dios.
Jesús, Verdadero Dios al mismo tiempo que Verdadero Hombre.
Se hace hombre aquel quien es Hijo Unigénito y Eterno del Padre.
Eso celebramos.
Él sí tiene omnisciencia.
El si nos ve, nos oye, nos busca, nos ofrece su amistad.
A Él le podemos hablar y contarle nuestras cosas.
Para pedirle ayuda y consejo.
Metámonos en las escenas del capítulo 2 de San Lucas.
Acompañemos a la mamá que lleva en su vientre a Jesús y que luego de darlo a luz, le limpia, le cuida, le besa, le alimenta….
Ella es la Inmaculada Madre del Dios hecho hombre.
Y seamos un gran apoyo para ella como lo fue San José.
Feliz Navidad a todos.
Una pequeña flor para La Guapa
Te acompañaños a ti, madre.
Madre del Redentor.
Mamá de cada uno de nosotros.
Tu Hijo nos hizo hijos tuyos.
Te queremos como el que más.
Nos encanta lo bella que eres.
Pensamos en tu sonrisa.
De profunda alegría.
De contagiosa alegría.
De esperanza.
Sabes quién nacerá de tu purísimo vientre.
El Salvador del Mundo, el Redentor.
Tú eres su refugio.
Así como eres nuestro refugio.
¿Qué te decimos que Dios no te lo haya dicho?
Como aquel grito marinero: «Guapa, Guapa y Guapa».
Estaremos a tu lado cuando este año nazca nuevamente tu Hijo.
Especialmente que nazca en nuestro corazón.