Así me preguntaba mi hermanita (que acaba de cumplir 40 años) hace unos días a través de Facebook. Era lógica su pregunta porque habían sido posteadas muchas noticias sobre el MEDE a las que yo había puesto un «me gusta» o había felicitado a quienes cumplimentaban los 21 meses para finalizar esta experiencia única.
El MEDE es la Maestría en Dirección de Empresas de tiempo completo que imparte el IPADE desde hace más 40 en el Distrito Federal y desde hace 3 en su sede de Monterrey. En inglés a veces lo escriben como Full Time MBA.
En los últimos días nuestros estudiantes han terminado clases, quedando pendiente sólo los últimos exámenes. Dentro de poco dejarán de ser estudiantes (realmente les llamamos participantes en lugar de estudiantes) para ser colegas.
Como de costumbre, desde hace años, se les ocurre durante un día, cerca de la última jornada de clases, disfrazares y pasar unos buenos ratos divertidos…. El problema son los alumnos de primero, que ese día tienen muchas interrupciones (la verdad, es que también la gozan). Los profesores aceptamos con resignada paciencia este único día del año.
No todos los años he podido ver los disfraces. Pero de entré los años que me ha tocado ver en esta celebración tengo un disfraz marcado en mi cabeza por lo ocurrente. En el IPADE se usa el método del caso, así que todas las semanas les entregan una «percha» de casos a estudiar. Al principio no son muy largos, pero cada periodo crecen… Pues había una muchacha que se había quedado traumada con un caso de contabilidad (que conste que doy clases de finanzas y no de contabilidad). Pues se le ocurrió hacer una impresión sobre plástico, ampliada de las dos primeras páginas del caso, copiándolo del caso que había trabajado, subrayado, marcado con el clásico marcador amarillo, etc. Juntó las dos partes con unas pequeñas cuerdas y las pasó por la cabeza, así que andaba como esos anuncios que llevan algunas personas. La verdad, me encantó el disfraz.
Este año en el DF tenía clase el día que iba a ser la celebración. Pero, gracias a Dios, me pidieron cambio, así que ya no tuve que padecer el relajo. Mi sorpresa fue descubrir que Monterrey todavía no había hecho esa celebración, y que dio la casualidad que el día de su celebración yo tenía que dar dos clases. Pues ya se imaginarán cómo estuvo el proceso de enseñanza aprendizaje de ese día…. Tengo que reconocer que no fui el más afectado, pue un colega de economía fue quien tuvo que sufrir más esa «visita».
Pero realmente no quería comentar de estas celebraciones, que son anecdóticas, y que no tienen más importancia que unos pequeños momentos de diversión. Lo que quería comentar es que, por primera vez hay testimonios públicos de lo que hace el master. Es decir, es la primera vez que yo leo testimonios públicos del bien que hace el master en la gente; y además, son testimonios que surgen de «motu proprio» de entre ellos, sin que se los hubiéramos pedido.
Realmente me han conmovido muchos de ellos. En primer lugar se muestran felices de haber concluido un proceso de casi dos años, que les ha costado mucho. Descubro también que se sienten muy orgullosos de haber finalizado un programa que en números, es muy difícil: más de 900 casos de estudio es una frase que sale constantemente en todos los testimonios… Luego los agradecimientos… A sus compañeros, a su familia, etc. (Los profesores no somos muy mencionados, pero ni modo, ya sabemos que son gajes del oficio)
Quería mencionar tres ejemplos de estos testimonios:
1. El hijo de un buen amigo, está terminando el master. No nos hemos tratado mucho, pero es una gran persona, y seguirá siendo un gran trabajador. Como extranjero, les agradecía a sus compañeros de equipo toda la ayuda y el cariño que le transmitieron. Terminaba diciendo que es mitad mexicano. (Juan Pablo, me alegra mucho)
2. Un chico de Guadalajara, que estudió en Monterrey. Tomó una foto a todos los pases de abordar de los vuelos que había realizado entre las dos ciudades, para visitar a su novia y a su familia. Además de los 900 casos, también ponía los vuelos que había hecho, que equivalían a no sé cuantos kilómetros, que significaba tantas veces la vuelta alrededor de la tierra, etc. ( Me gusto muchísimo Luis que hayas puesto esa foto…).
3. Este es el que más me impresionó. No me quedé con el autor de la frase. De hecho, se preguntaba a él mismo. ¿Cuál es el ROI de IPADE? (Para los que no saben qué es el ROÍ, es la abreviatura de Return on Investment, el rendimiento sobre la inversión). Y se contestaba a sí mismo, más o menos, dando a entender, que realmente eso no importaba, porque con las amistades que allí se han forjado, cualquier ROI deja de tener sentido calcularlo.
Le comentaba esta anécdota a una participante de primer año. Y cuando terminé me dijo: «se me erizó la piel». Efectivamente esa es la sensación… Las amistades allí forjadas perdurarán… Decía un profesor más o menos lo siguiente: la amistad se consigue compartiendo algo tan profundo como la voluntad, el bien, la verdad. Y es por eso que una amistad no se puede perder. Sí se puede perder el trato, pero nunca una amistad en la que se han compartido tantas emociones, sustos, enojos, alegrías por supuesto, y miles de horas tratando de sacar adelante algo que ha merecido la pena.
Felicidades a todos los Mede de ahora y de antes.
Escrito en mi iPad (que me puede haber cambiado alguna palabra erróneamente) y datado y signado en Allende, Nuevo León, el día del cuarto aniversario del fallecimiento del gran hombre a quien mis hermanos y yo le debemos la vida, y que hizo tan feliz a nuestra mamá.
Nos vemos en la siguiente.
Excelente entrada Javier, saludos
gracias por esta buena lectura. Ya la compartí.
Jaja, espero así escribas de nosotros el próximo año, jaja