Hace pocos días vi esta fotografía en Facebook. Después de sonreír un rato, y varios días para seguir pensando sobre el tema, me decidí a poner unas cuantas palabras al respecto.
Desde hace algún tiempo me ha llamado la atención la cantidad de «información» que circula por ese medio (Facebook). Algunas son fotos recientes de actividades que «amigos» postean en su muro.
Hay otro tipo de información que llega. Con frecuencia te recomiendan que veas un video, que lo presentan como reciente, cuando en realidad quizá ya lo habías visto hacía un par de meses, o incluso algunos años antes. Igual me ha pasado con correos electrónicos que te recomiendan o «desrecomiendan» una película que «pronto va a salir»… y resulta que el mail de marras tiene ya varios años de circular.
Pero lo que más me preocupa de lo publicado en Facebook es cuando se cita a alguien. Yo mismo he caído en seleccionar algunas fuentes con la foto del personaje al lado. Porque efectivamente, parece que todo es publicarlo en el Facebook como para que sea una realidad.
Pongo dos ejemplos.
Hace unos días me llegó un link -que luego vi en Facebook como «n» veces- donde decía que España iba a dar la nacionalidad a quienes tuvieran apellidos específicos, ya que eran sefardíes, descendientes de los judíos expulsados hace más de 500 años de España. Al ver la lista de los apellidos, te daba risa pensar en que eso fuera posible, pues estaba el directorio telefónico de todo América latina (incluyendo a Brasil, por supuesto). … Pues todo terminó en un desmentido del gobierno Español, aclarando que era un proyecto de ley, que todavía estaba en estudio y que además había varios requisitos que tenían que tomarse en cuenta y no sólo apellidarse con la maravillosa lista de «regalo de nacionalidad».
El otro ejemplo es cuando hacen decir a personajes cosas que no han dicho, o que quizá tendrían que ponerse todo el contexto en que dijeron. Es más o menos lo que hacen los periodistas cuando necesitan un titular sensacionalista… deciden escoger la frase más «marketinguera» y la publican. Así, a veces, un documento de 200 páginas lo resumen en una frase, que en todo el contexto no representa la mínima parte de lo que se pretendía.
Esto pasa frecuentemente con el Papa, a quien hacen decir cosas que quizá no ha dicho -ni dirá- o que necesitaría una especificación del contexto. Pero sueltan la frase, y luego viene la conclusión de lo que el Papa «está haciendo», metiendo una interpretación producto de una fantasía de grandes ligas.
Si a eso añadimos la gente que lo re-postea (o lo vuelve a compartir) meses después, parece como si todo fuera reciente.
Mis sugerencias serían:
1. Cuando publiques algo, que sea con fecha concreta (no la fecha que pone el Facebook, sino algo así: «El Presidente de Francia, el 3 de abril de 2014, dijo que…»).
2. Poner claramente la fuente. No se vale que cités a alguien sin decir dónde y en qué contexto dijo algo. Muchas veces en esta misma fuente estará la fecha.
Y una última sugerencia… cuando compartás alguna cita, asegurate de que cumple estos dos requisitos por lo menos, y que sepás identificar qué dijo el personaje citado realmente, y qué dicen que dijo.
Concluyo con una frase que aprendí hace como 30 años. Provenía de un buen amigo, que en ese momento me daba unas clases. Y nos decía: «No vayan a decir que Julio dice tal cosa» (se llama Julio mi amigo). «Sino que digan: ‘Me parece que Julio dijo tal cosa'»