Tengo un buen amigo, a quien admiro y respeto mucho(…) Este buen amigo, colega además, es un estudioso del ser humano; he aprendido importantes conceptos de sus enseñanzas que me han ayudado en unos estudios que vengo haciendo, así como en algunas clases que imparto. Pues mi amigo Alejandro siempre se queda asombrado de la velocidad con que le contesto los mails que me escribe. Me dice que soy el teclado más rápido del Ipade.
Pero no sólo hace eso, sino que además me regaña con frecuencia por esto; con toda razón pues, siendo un estudioso del hombre (entiéndase varón y mujer) ha dedicado tiempo a investigar la capacidad que tenemos de hacer dos cosas a la vez. Por supuesto que la conclusión a la que ha llegado es que no podemos hacer dos cosas a la vez . Ni siquiera las mujeres pueden bien con dos cosas a la vez. Para más refuerzo de estos estudios son los accidentes de tránsito por las distracciones generadas por el celular mientras conducimos.
Hago aquí un largo paréntesis. Como he mencionado en otro post, doy con alguna frecuencia el caso del Titanic en un curso de análisis de decisiones; la impresión general que tengo, respaldado por estadisticas que he obtenido, es que cerca del 90% de las personas le echan la culpa del accidente del Titanic al famosísimo capitán Smith. Debido a la metodología usada en la discusión del caso, me pongo a defender a Smith; y luego, para que cada uno se de cuenta que Smith no era de otro mundo, les hago una pregunta a mis alumnos…¿ quiénes de ustedes ha hablado por el celular mientras maneja? Por supuesto que yo soy el primero que subo mi brazo para que nadie pueda tener vergüenza de hacerlo; por increíble que pueda parecer, no he encontrado entre mis alumnos a nadie que no lo haya hecho…
El 100% alguna vez lo ha hecho, así como el capitán Smith llevaba el Titanic a toda velocidad pese a las advertencias de la existencia de icebergs en la zona en la que se desplazaba el «barco a quien Dios no podía hundir» como decía en una desafortunada frase publicitaria los dueños de este majestuoso y lujoso barco.
Pero todavía voy más allá, y hago una segunda pregunta todavía más difícil de aceptar; pese a las advertencias tan frecuentes, ¿quienes de ustedes han texteado mientras manejan? Aquí el porcentaje es menor; calculo que somos cerca del 80-85% quienes terminamos levantando la mano… A ninguno se nos ocurre que podamos tener un accidente mientras texteamos y conducimos… Hay una sobre confianza innata en cada uno.
A mí, estudiar e impartir este caso, una y otra vez, me ha ayudado a ir comprendiendo cada vez más al capitán Smith; ahora lo comprendo más, pero no lo excuso ni lo exculpo por lo que le pasó. Igual que al Capitán Smith le advirtieron de los iceberg, a nosotros nos advierten constantemente acerca de muchas cosas… e igual que el Capitán Smith, no hacemos caso a nada. (Cierro ahora el largo paréntesis).
El 100% alguna vez lo ha hecho, así como el capitán Smith llevaba el Titanic a toda velocidad pese a las advertencias de la existencia de icebergs en la zona en la que se desplazaba el «barco a quien Dios no podía hundir» como decía en una desafortunada frase publicitaria los dueños de este majestuoso y lujoso barco.
Pero todavía voy más allá, y hago una segunda pregunta todavía más difícil de aceptar; pese a las advertencias tan frecuentes, ¿quienes de ustedes han texteado mientras manejan? Aquí el porcentaje es menor; calculo que somos cerca del 80-85% quienes terminamos levantando la mano… A ninguno se nos ocurre que podamos tener un accidente mientras texteamos y conducimos… Hay una sobre confianza innata en cada uno.
A mí, estudiar e impartir este caso, una y otra vez, me ha ayudado a ir comprendiendo cada vez más al capitán Smith; ahora lo comprendo más, pero no lo excuso ni lo exculpo por lo que le pasó. Igual que al Capitán Smith le advirtieron de los iceberg, a nosotros nos advierten constantemente acerca de muchas cosas… e igual que el Capitán Smith, no hacemos caso a nada. (Cierro ahora el largo paréntesis).
Retomando el tema anterior, Alejandro nos ha advertido que no hagamos dos cosas a la vez, que eso nos dificulta hacer las dos cosas bien. Y a pesar de eso no le hemos hecho caso… Bueno, yo no le he hecho caso. Y siempre estoy pendiente de mi chat o del mail mientras hago mi trabajo.
Recién hoy leía un artículo donde una investigadora sacaba una conclusión parecida. Digo parecida, porque el tema investigado era un poco distinto; pero en la práctica la conclusión venia a ser la misma…
La investigación se refería a la lectura de libros. Debido al aumento de los libros electrónico, a decir de esta investigadora, resulta que las personas están leyendo cada vez peor, menos profundamente, sin capacidad de analizar críticamente lo leído. Y todo por las distracciones que provienen de los mails, chats y actualizaciones de las redes sociales… Incluso decía que este tipo de actitudes puede conllevar una deformación del cerebro, algo que mi buen amigo Alejandro también ha descubierto en sus estudios (solo tengo que confirmar esto último con él).
Y como todo se puede reducir a hábitos, pienso que esto que nos pasa es un hábito malo, un vicio en el sentido clásico de la palabra… Y como todo hábito malo, costará desarraigarlo. Pero vale la pena. Si actuamos mal, con ese mal hábito, nos pasará que actuamos en contra de aquello que viene en el libro Camino «haz lo que debes y está en lo que haces «. Aquí ni hago lo que debo hacer y mucho menos estoy en lo que hago…
Eso lo hemos visto en el instituto y en la escuela donde doy clase… Cada día los alumnos se dispersan más con sus celulares para no estar en lo que hacen, sino estar en otro lado… Perdiendo así mucho dinero y desaprovechando la oportunidad de aprender y mejorar personalmente; y también se pierden la oportunidad de desarrollar más sus habilidades como personas de negocios. Esforzarse por desarraigar este vicio, puede ser una buena ocasión de adquirir la virtud de la paciencia y de desterrar el vicio de la curiosidad…
Hace muchos años, que empecé a aprender algo de contabilidad, me encontré que existe lo que se llama los métodos de control de inventarios, que tienen unas siglas muy divertidas: UEPS, PEPS, SEPS y alguna otra que habrán inventado posteriormente. Esas siglas significan cosas, por ejemplo, PEPS significa «Primeras entradas, primeras salidas»; UEPS significa «Últimas entradas, primeras salidas».
Por esa misma época -ya más de 25 años-, empecé a dar mis primeras clases en la escuela de negocios en Guatemala. Y una de esas clases, se llamaba, administración del tiempo y del trabajo. Y allí, caricaturizábamos la figura de la persona que deja de hacer lo que está haciendo para empezar a hacer lo que acaba de llegar… Y el sobrenombre que decíamos que tenía que tener esta persona era «Uepista», porque lo último que entraba era lo primero que salía resuelto… siempre y cuando no llegara antes otra cosa, porque eso significaba que se dejaba de hacer lo que se tenía entre manos, para empezar a hacer lo que recién llegaba…
Pienso que ahora tenemos más problemas con esto, pues las interrupciones a las que tenemos acceso son muchísimas más que antes. El problema de esto es que dejamos inconclusos muchos trabajos por atender lo urgente, o lo aparentemente urgente.
Cuando terminé la primera versión de este post, mi asesor de imagen me dijo que el final estaba demasiado brusco, así que tuve que cambiarlo (si has llegado hasta aquí, estás leyendo el final alternativo). Así que también pensé que podría poner unas cuantas conclusiones:
1. Tengo que hacerle caso a Alejandro y procurar no hacer dos cosas a la vez.
2. Tengo que evitar la sobreconfianza de que no me pasará nada si hago lo que muchas personas sensatas me recomiendan no hacer.
3. Tengo que empezar a salir del vicio del Uepismo… tengo que acabar las cosas y aplicar aquello que también he usado en clase: «Lo urgente puede esperar; lo muy urgente debe esperar».
4. Aprovecho para hacerme un propósito… de escribir más sobre este tema de las múltiples ocupaciones simultáneamente. Además, de algunos temas relacionados con la educación de los hijos.
Por esa misma época -ya más de 25 años-, empecé a dar mis primeras clases en la escuela de negocios en Guatemala. Y una de esas clases, se llamaba, administración del tiempo y del trabajo. Y allí, caricaturizábamos la figura de la persona que deja de hacer lo que está haciendo para empezar a hacer lo que acaba de llegar… Y el sobrenombre que decíamos que tenía que tener esta persona era «Uepista», porque lo último que entraba era lo primero que salía resuelto… siempre y cuando no llegara antes otra cosa, porque eso significaba que se dejaba de hacer lo que se tenía entre manos, para empezar a hacer lo que recién llegaba…
Pienso que ahora tenemos más problemas con esto, pues las interrupciones a las que tenemos acceso son muchísimas más que antes. El problema de esto es que dejamos inconclusos muchos trabajos por atender lo urgente, o lo aparentemente urgente.
Cuando terminé la primera versión de este post, mi asesor de imagen me dijo que el final estaba demasiado brusco, así que tuve que cambiarlo (si has llegado hasta aquí, estás leyendo el final alternativo). Así que también pensé que podría poner unas cuantas conclusiones:
1. Tengo que hacerle caso a Alejandro y procurar no hacer dos cosas a la vez.
2. Tengo que evitar la sobreconfianza de que no me pasará nada si hago lo que muchas personas sensatas me recomiendan no hacer.
3. Tengo que empezar a salir del vicio del Uepismo… tengo que acabar las cosas y aplicar aquello que también he usado en clase: «Lo urgente puede esperar; lo muy urgente debe esperar».
4. Aprovecho para hacerme un propósito… de escribir más sobre este tema de las múltiples ocupaciones simultáneamente. Además, de algunos temas relacionados con la educación de los hijos.
PS 1. Por cierto este post fue escrito en su primera versión en un vuelo entre Guatemala y México usando una ipad. Traté de concentrarme lo más que pude para escribirlo, con la ventaja de que no había mails ni mensajes entrando….
PS 2. Para escribir este post utilice una aplicación de teclado que me ha parecido genial; la tenía desde hace varios meses pero que hasta hace unos días le descubrí la mejor función. La aplicación se llama SwiftKey y tiene dos ventajas sobre el teclado tradicional de la ipad… La primera es que «aprende» más rápido que el otro, y por lo tanto te sugiere mas adecuada palabras a lo que escribes. Y la segunda ventaja, que es lo más maravilloso, es que podés escribir sin presionar la tecla, sino que sencillamente deslizás el dedo de letra a letra formando la palabra que querés escribir, y ésta es sugerida por la aplicación… La verdad es una genialidad y te da una rapidez deslumbrante, especialmente para aquellos que tienen problema para escribir bien en celulares y tabletas. Se me hace además que este teclado va a quitar la famosa enfermedad de la tendonitis de los pulgares de tanto escribir en los chats.
PS 3. Había puestos algunos otros calificativos muy positivos a mi amigo Alejandro; pero luego, pensando en que no le agradaría, preferí quitárselos. Donde puse (…) fue el lugar en el que me autocensuré.
PS 3. Había puestos algunos otros calificativos muy positivos a mi amigo Alejandro; pero luego, pensando en que no le agradaría, preferí quitárselos. Donde puse (…) fue el lugar en el que me autocensuré.
Querido maestro; me gustó mucho tu post, el cual describe muy bien el comportamiento de las personas (cuando cada una lo lea) con esto me refiero a la confianza de las habilidades personales de cada quien en si mismo. A mi en lo particular me hiciste soltar un par de carcajadas… Pero, me quedé pensando en la palabra "UEPISTA" que si no me equivoco se refiere a esa capacidad de dejar de hacer lo que se esta haciendo para volcar toda la atención a la solución del último tema por ser más urgente, como casi TODO lo que llega a nuestras manos hoy en día… pero entonces donde queda el termino priorización que tanto se nos enseño? no debemos resolver las cosas urgentes por ser clasificadas de esta manera? si llega algo más urgente que lo urgente, entonces no se debe priorizar? y si tenemos algo que no es tan urgente pero de gran impacto? …
Hoy por la tarde seguiré pensando en esto, por que como bien también lo predices, justo cuando vi que publicaste un nuevo post deje de trabajar la base de datos en la que estaba muy muy concentrada, por saber que nos contarías esta vez…Que es entonces mas urgente?
Un gran abrazo Javier
Qué gran verdad … Lo último que entra, es lo que se intenta concluir, si no llega otra cosa que entre antes … Suena a galimatías, pero es cierto.
Gracias; hasta para el examen es un tema estupendo.
Slds
Un post muy interesante, ameno y actual, es sin ofender difícil de creer que lo haya escrito un matemático, no me malinterpretes, a veces la inteligencia y la amenidad no son muy coincidentes, pero a ti te sale bien. Añadiría una conclusión hoy bajo el pretexto de los entornos cambiantes los empresarios, directivos y profesionistas muchas veces empezamos mas proyectos de los que podemos terminar, lo cual no fomenta el trabajo arduo , el esfuerzo y les quita valor a la cosas. Saludos y estaré atento al siguiente
Buenísimo y muy cierto. Espero lograr concentrarme en hacer una cosa bien hecha a la vez!!!
Hola Javier
Me pregunto si has conseguido dejar el «uepismo» … Ya han pasado varios años, si tu respuesta es positiva, deberás compartir la receta.
En la oficina siempre he incitado a la gente que practiquen el multitasking pero he de aceptar que ya no estoy 100% convencida que sea el mejor método.
Pd. Yo ya choqué por textear mientras conducía, dos veces (muy leve) y sí, también voté por Smith.