Hace unos días posteé una nota sobre la ley de tarjetas de crédito en Guatemala.
Recientemente, el 8 de marzo, entró en vigor dicha ley. Me he ido enterando de cosas que han empezado a suceder…
1. Una que no preví en mi artículo, y que ha pasado, son despidos de personal en las empresas de tarjeta de crédito (o en los bancos en esa área).
2. Todos los planes de recompensas han sido modificados o eliminados.
3. Los planes que se han modificado han «devaluado» los puntos para canjearlos por premios y han «inflacionado» los gastos para conseguirlos.
4. Subió para todos la membresía anual.
5. Todos tienen nuevo seguro (cortesía de la ley) que es más caro que antes.
6. Ha habido muchas cancelaciones de tarjetas de crédito, tanto de parte de clientes como de los bancos.
7. El día 8 de marzo, las empresas de tarjetas tuvieron que cambiar la tasa que cobraban a los clientes. Ese día fueron a ver el promedio interbancario del Banco de Guatemala… y el único dato que había era el de enero pasado. Usaron eso, multiplicándola por el «mágico y técnicamente calculado» por «2»… A los pocos días, el Banco de Guatemala publicó la tasa de febrero… Nuevamente a cambiar la tasa. Algo que hacen dos veces en 5 días, luego de muchos meses o años de no mover la tasa…
Platicando con un buen amigo, que conoce mucho del tema, llegábamos a la conclusión de que la ley no ha beneficiado a nadie… Y menos al gobierno.
1. Obvio que para los emisores de tarjetas no les ha beneficiado.
2. A los usuarios: a todos les están cobrando el nuevo seguro y la membresía; pierden beneficios como pagos sin intereses, extrafinanciamientos, etc…. Pero además, pensaría en cuatro posibilidades:
a. A los «totaleros» no les ayuda en nada.
b. A los que se financian «adecuadamente»: les bajó la tasa, que sería el único beneficio, pero al tiempo que pierden otros beneficios que quizá les convendrían más.
c. A los que eran morosos pero con ganas de pagar… Ahora llegan al banco y logran renegociar su deuda con la tarjeta cambiándolo (un swap) por un crédito fiduciario con una tasa más «decente». Estos salen ganando y mucho, a pesar de que pierden los beneficios ya mencionados.
d. A los que eran morosos y sin ganas de pagar… Pienso que estos, quienes son los principales originadores de la ley, son los que más salen perdiendo dentro de los clientes. Ahora la ley los ampara y defiende para que el emisor no les cobre lo anterior o los nuevos intereses. Si llegan en ese plan a negociar consiguen lo que la ley permite. Al mismo tiempo entran en la lista negra de los insolventes, y «jamás» ninguna institución financiera les volverá a dar crédito de ninguna manera.
3. Pienso que hay otro elemento involucrado que sale muy afectado. Es el mismo gobierno. Lo explico más detallado abajo.
El gobierno recibe ingresos de los emisores. Concretamente del 12% del IVA, un intermediario entrega el 15% de esos montos al fisco. Así, el fisco puede controlar y sabe anticipadamente que los establecimientos tienen que pagarle el 85% de ese 12%. Ahora pasarán dos cosas: primero, que menos gente consumirá con tarjeta (de hecho, habrá menos tarjetahabientes); y segundo, se trasladarán muchos gastos de parte de los usuarios al efectivo… Así que no sólo le disminuirá el ingreso al gobierno, sino también el control de la evasión se dificultará más.
Así que esta es una ley que favorece a pocos, por no decir que favorece a nadie.
Espero comentarios y añadidos…
Interesante comentario. Sin embargo yo sigo insistiendo que la nueva Ley tiene beneficios … aunque tal vez no sean los inicialmente planificados.
El crédito al consumo puede ser bueno… pero su abuso no lo es. Claro quien sale más perjudicado es el usuario, no el banco. Al haber menor facilidad para obtener crédito al consumo los usuarios deberán:
1. vivir día a día con lo que tienen
2. ahorrar para las compras medianas (ese equipo de sonido, televisor, celular…)
3. sacar un préstamo formal para las compras grandes (Casas, carros).
Los comerciantes por su parte podrán perder algunos clientes. Pero al final de cuentas, quien podía comprar antes, va a poder comprar después. Ellos van a tener el beneficio de mayor personas comprando al contado (y evitando el 6% de comisión de la tarjeta y/o el % que pagaban por las famosas visa-cuotas).
Los consumidores también se van a ver obligados a comprar seguros. Ya no va a ser posible tener la tarjeta por si tiene un accidente de auto. Más vale tener seguro… y eso nos conviene a todos. Tampoco habrán beneficios como los puntos, pero quien cree que está ahorrando de esa forma es un iluso. Esos "puntos" o salen del 6% que le cobran al comerciante, o salen de los intereses que le cobran a los morosos… y todo por un magro 1-2% "cashback".
Finalmente, al tener el consumidor que ahorrar y el banco tener mayor dificultad en entregar préstamos al consumo de forma masiva, habrá más dinero disponible para préstamos, y por lo tanto una menor tasa de interés para préstamos a inversionistas. Estos préstamos, creo, son el mayor beneficio para el país porque son los que se traducen más directamente en empleos.
Mas del 50% de la cartera de tarjetas de credito de Guatemala esta en manos de bancos Colombianos…ellos serian los que perderían…ahora, quienes ganarán con ellos perdiendo mercado?